El CAMINO
Aparte del aprovechamiento del litoral, más que comprobado en épocas de carestía alimentaría o agrícola, también ha tenido lugar el desplazamiento de las poblaciones a la costa durante el periodo estival. Pastores y agricultores poco pudientes residentes habitualmente en las medianías, bajaban a las costas porque así aprendieron a garantizar la subsistencia. Estos movimientos verticales de población presentaban diferentes características según los espacios insulares y comarcales, una muestra de ello es entre Teno Alto y Teno Bajo.
El núcleo urbano de Buenavista del Norte se encuentra a unos 120 m.s.n.m., desde no se tarda más de una hora en alcanzar cualquier punto de su costa a pie con los accesos actuales, y unas dos horas por el camino actual desde El Fraile hasta La Laja. Sin embargo, en este recorrido de unos 8 km aproximadamente se concentra una densidad importante de yacimientos arqueológicos y etnográficos vinculados a las prácticas económicas con el medio marino.
Los pescadores se desplazaban a lo largo de toda la costa, incluyendo la Punta de Teno, según el estado del mar por épocas. Cuando se trasladaban a Teno Bajo, podían pasar hasta dos y tres meses faenando allí: “Los inviernos, había una época, que teníamos que irnos a Teno, a Punta de Teno… a la parte sur” (MAL). Solían quedarse en las cuevas de La Ballenita, comentando BAM que “allí cabíamos 30 personas”. Cuando no se quedaban aseguran que “Íbamos a las dos de la mañana todos los días” (JCWP); “cruzábamos el camino, subíamos a Teno, sin haber carretera…que yo llegué a pasar dos veces al día” (MAL).
“Hacia la Playa íbamos por unos caminos que habían anteriormente…caminos que se hacían, que pasábamos la gente y ese camino se iba construyendo, pues por ahí pasábamos, no eran caminos que era oficiales ni nada sino veredas…” (BAM)
El camino que va de La Laja hasta El Fraile, objeto de este trabajo, es bien conocido. “Los pescadores antes ibamos a los cangrejos para la carnada… llegábamos hasta Los Silos caminando, por la costa pa’llá habían unas veredas que las utilizábamos para ir a cangrejar aquella noche, para pulpiar y todas esas cosas” (BAM); “Nosotros los pescadores íbamos a todos los sitios al Fraile, a Punta Negra, a La Tablada, al Tinajero, a la Playa, aquí a Los Juncos, a Blancagil, a la Cueva del Inglés, a los Caletones, a la Punta de Los Silos, al lajío negro que está en Los Silos, caminando, casi todas las noches, en los inviernos que era cuando más utilizábamos la pesca de buscar pulpos, … esos caminos teníamos que pasarlos” (MAL); “Todas las noches a cangrejar, unos pa`llá, otros pa`cá, todos los barqueros a cangrejar” (JCWP).
Señalización
En las proximidades de cada conjunto arqueológico se instaló cartelería que indica la existencia de un área arqueológica próxima y que se prohíbe o aconseja no sobrepasar la señalización. Este tipo de cartelería es informativa y muy simple, en el que el rótulo únicamente señala “zona arqueológica”, y la prohibición de tirar basuras y accede a los enclaves. Se facilitará así su conservación para futuras intervenciones de excavación arqueológica.
La finalidad de esta señalización es prevenir la repetición de comportamientos que hasta ahora han deteriorado estos yacimientos, además de dar a conocer estos puntos que pueden ser calificados de interés, tanto general como turístico.